Calle Mac Iver. Son 7 cuadras de extensión que colindan con la línea férrea, lo que entregará una nueva vista de la ciudad principalmente a quienes visitan Lautaro en tren.

 

Con vistosas pinturas cambiaron sus fachadas más de veinte casas en la calle Mac Iver de Lautaro, un barrio histórico de la ciudad que significa la renovación del patrimonio cultural lautarino y abre la oportunidad de un futuro espacio turístico.

Se trata de un proyecto de hermoseamiento patrimonial financiado por el GORE (Gobierno Regional) y ejecutado por la Municipalidad de Lautaro, el cual tuvo costo cero para los propietarios, quienes también participaron de forma activa en la instancia. 

El proyecto financió tanto los insumos de pintura como la mano de obra, incluyendo en ello un lavado del frontis de cada propiedad antes de pintar. Son 7 cuadras de extensión que se abarcaron, en las cuales se realizó un proceso de consulta ciudadana y una posterior selección de las casas a pintar.

El alcalde de Lautaro, Raúl Schifferli Díaz, se refirió al proyecto: “Estamos realizando un sueño que tenían las familias del sector de cambiar las fachadas de Mac Iver y darle vida a un lugar histórico de Lautaro. Significa darle dignidad a las personas que viven aquí y también un paisaje admirable para quienes transitan, ya sea en automóvil, caminando o en el recorrido del tren hacia Victoria o Temuco”, comentó Schifferli con respecto al nuevo rostro que exhibe Mac Iver.

Esta iniciativa que le cambia el rostro a uno de los barrios más emblemáticos de la comuna de Lautaro se dividió en dos etapas, y además, dentro de las próximas semanas se replicará en la localidad de Pillanlelbún.

Un proyecto que viene en conjunto con la pronta pavimentación de Mac Iver, asimismo lo declara el alcalde: “Aprovecho de comentar que a inicios del próximo año comenzarán los trabajos para pavimentar esta calle, entregando una mejor calidad de vida en todos los sentidos para este sector de la comuna”, dijo la autoridad comunal.

Las familias del sector se mostraron entusiastas por todos los cambios que está viviendo el barrio: “Esto es una maravilla. Estas casas son del año 34 y el paso del tiempo había dejado su huella. Tenemos solo palabras bellas para agradecer, sobre todo a la gestión de nuestra primera autoridad. Son pocos los municipios que postulan a este tipo de proyectos pensando solo en el bienestar de los vecinos. Ojalá que este hermoso proyecto sea continuidad de muchos otros”, expresó Silvia Sforzini, propietaria de una de las casas renovadas.

Una de las fachadas icónicas de la ciudad es el antiguo restaurante “El Compadrito Punto Com”, elegida como la segunda mejor picada a nivel nacional y la cual también fue parte del proyecto.

Sin duda un barrio histórico que data del año 1934, hoy vuelve a la vida con este proyecto, buscando no solo un mejoramiento de las fachadas, sino también un deleite patrimonial.